13 septiembre, 2008

Una de zamburguesas


De piedra me quedé cuando, en mis paseos por la red, topé con información acerca de este juego. No tenía ni repajolera idea de que existiera un cartucho de NES basado en uno de los programas más frikis no sólo de la historia de la televisión española, sino de la japonesa, que no es moco de pavo.

El objetivo del juego es el mismo que en el show, llegar al castillo de Takeshi sano y salvo. Esto sucedía por lo general en la última parte del programa, que siempre seguía un patrón: lo que nosotros veíamos/vemos en la tele no son más que retazos de una tortura que se prolongaba aún más en la versión íntegra y original de Humor Amarillo.

Así, el jugador habrá de superar todas las pruebas, agrupadas en tres grandes grupos representados por el mismo número de fortalezas, para medirse a Kitano en una batalla final de coches de choque con proyectiles. No falta ninguna de las célebres misiones, como la del laberinto del chinotauro o los cañones de nakasone (sección que, como curiosidad, se llamaba “el estrecho de Gibraltar” en la versión japonesa).

Todo lo que eran risas viendo a los japitos irse de morros en la tele se torna en llantos al intentar emularlos, ya que hay que ser muy potrero para poder llegar hasta el final. El procedimiento de prueba y error es una constante a lo largo de las más de 20 pruebas.

Otra nota curiosa: Fuun! Takeshi shiro (que así se llama el juego y el programa original) fue en su día compatible con el Family Trainer, un periférico con forma de alfombra para la NES que había que utilizar con pies y manos y que hacía sudar más que el Dance Dance Revolution, por lo que parece. Por algo llegó a ser conocido también por el nombre de “generador de agujetas”. Donde esté el mando de toda la vida...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre que me ponía enfermo de pequeño veía la tele por la mañana y era una putada porque los dibujos se acababan a las 9:00 en punto. Por suerte, T5 emitía Humor amarillo hasta las 9:40 y alegraba un poco esas mañanas llenas de virus.

El juego parece un despropósito de esos que acarrean varios suicidios por parte de los creadores.

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