20 noviembre, 2008

Las 2D aún colean: Battle Fantasia



Un estilo que parece caduco se resiste a desaparecer y reclama su puesto dentro del género de la lucha: son las añoradas y clásicas 2D. Es de agradecer que a día de hoy se sigan viendo juegos como Battle Fantasia, que recuperan la magia de antaño y a su vez ponen los huevos sobre la mesa.

Con esta entrada siento precedente ya que no pensaba hablar de juegos que acaben comercializándose en España (parece que éste se pondrá a la venta en febrero de 2009), pero en este caso creo que merece la pena hacer la excepción. Los creadores de Guilty Gear se han sacado de la manga un título que, si bien no es revolucionario, ha conseguido volver a hacer que me pique como nunca a los kakutô, los juegos de lucha.

La edición que me he agenciado es la versión doméstica para 360 de la recreativa presentada en el AOU 2007, la feria de las recreativas japonesa, que ya por aquel entonces me llamó la atención cosa mala. El día que fui, ni siquiera los desfiles de azafatas caracterizadas como los personajes del juego me impidieron levantar la vista de la pantalla. Supe que ese juego debería ser mío entonces, y la espera finalmente tocó a su fin hace unos meses.

Battle Fantasia tiene elementos de rol que hace que los combates parezcan fastuosas batallas de action RPG. Cada toque que se le pega a un luchador va acompañado de la cifra de daño que éste se lleva. Se puede subir de nivel en pleno combate, lo cual potencia los ataques, y existe una barra especial que hace las veces de PM y que al consumirla permite ocasionar estropicios apoteósicos. Los personajes parecen sacados también de un RPG, tanto por su diseño como por sus ataques. Pero lo que sin duda une más a ambos géneros es el modo historia del que hace gala: cada personaje tiene una sólida historia detrás, que se traduce en densos diálogos hablados antes de cada combate. Parece ser que en total son más de 10 horas de conversaciones, que cada uno se tome la noticia como buenamente pueda. A mí me encanta.



Arcade Stick Hori + Battle Fantasia: amigos para siempre

La dificultad del juego es bastante elevada, ya que los golpes no son nada intuitivos y se requiere cierta paciencia para lograr combinaciones efectivas. Frustrado y decidido a mejorar mi control sobre los personajes, decidí revolver Roma con Santiago para conseguir un arcade stick para la 360, ya que el pad convencional me parecía poco efectivo y, todo hay que decirlo, uno también es algo sibarita. Muchos me tacharon de loco creyendo que no encontraría ninguno en estas tierras alejadas de la mano de Kutaragi, pero la fe mueve montañas: tras mucho preguntar, un dependiente de unos grandes almacenes decidió ponerse el sombrero de Indiana Jones y adentrarse en las catacumbas de su local para rescatar de entre pilas de material ignorado por la clientela un arcade stick de los días de Virtua Fighter 5.

Ahora las palizas sufridas con Battle Fantasia ya no son tan amargas.
Qué grande es volver a sentir las sensaciones de los salones recreativos en tu propia guarida...

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11 noviembre, 2008

Kaze no Regret, un juego para invidentes



Hace un par de semanas me operaron de la vista. Dado que pasé un tiempo viendo menos que un topo de porcelana, decidí desempolvar uno de los juegos que nunca pensé que tendría la oportunidad de probar, el Kaze no regret (Resquemor del viento) de la gran Sega Saturn y del no menos grande Kenji Eno, creador de joyas como Enemy Zero, D y su secuela (de los que daré buena cuenta algún día).

Kaze no Regret es el único juego del que tengo constancia que ha sido creado para un público invidente. Como resulta lógico, sus posibilidades son muy limitadas, ya que se disfruta únicamente con el sonido (la pantalla se mantiene oscura de principio a fin). El juego se podría catalogar, pues, como novela auditiva (de hecho lleva la coletilla Real Sound).
Para haceros una idea, la obra de Kenji Eno se asemeja a un serial radiofónico de los de antaño (tipo La Guerra de los Mundos) pero con la particularidad de que en determinados momentos la narración se detiene y se ofrecen varias posibilidades de continuar la historia, en forma de líneas de dialógo que se reproducen al pulsar distintos botones del pad de Sega Saturn. Se escoge la que a uno le gusta y chinpún, a seguir escuchando.


Detalle del librillo en braille que acompaña al juego

La historia en sí es un poco flojilla. Va de cómo el protagonista trata de recuperar el amor de su infancia, cumpliendo una vieja promesa que hizo a una chica de su clase. Al fin y al cabo, lo que uno escucha no es más que un folletín, cuyo peso argumental recae sobre un triángulo amoroso que convierte al relato en una experiencia pastelosa. Sólo una mente japonesa es capaz de parir algo así: ni lo venezolanos y sus culebrones, oiga.

Los 4 Cds que componen este curioso título son muy prometedores, pero la historia se la puede ventilar uno en 4 horas y pico, rompiendo todas mis expectativas de estar entretenido hasta que recuperara algo de visión. Por supuesto que pude rejugarlo y buscar variaciones en la historia significativas, pero el simple pensamiento de volver a empezarlo me erizaba los pelillos de la nuca. La existencia de este título, sin embargo, brinda toda una experiencia y es un detallazo de Sega hacia los que no tienen la suerte de poder disfrutar plenamente de nuestra afición favorita.

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