10 enero, 2011

Battle Garegga


Probablemente no necesite presentación para muchos. Battle Garegga, uno de los matamarcianos de scroll vertical más valorado por los aficionados a los danmaku shooters, es un título que merece la pena revisitar de vez en cuando para preguntarse qué lo hace tan especial. Su versión arcade tiene ya 15 años y sigue viéndose en muchos salones recreativos, prueba fehaciente de que sigue gozando de una increíble popularidad y salud que ha permitido a la obra magna de Raizing mantener el tipo ante el fenómeno Cave.


 

Sin embargo, tan valorada como la placa original está la conversión a Sega Saturn, ese objeto de deseo que no puede faltar entre los amantes de los juegos de disparos. Lejos del ruido de las máquinas arcade se puede disfrutar de una versión "milagro", ya que por desgracia es infrecuente ver adaptaciones de obras de Raizing al mercado doméstico (Shippu Mahou Daisakusen Kingdom Grand Prix y Soukyuugurentai son las otras excepciones, junto con la conversión a FM Towns y X68000 del Mahou Daisakusen original).

Sea como fuere, pensar en esta desarrolladora es pensar en Battle Garegga, el sonido de balas contra acero y el olor a gasolina.





Battle Garegga es conocido fundamentalmente por una desoladora dificultad que obliga a seguir estrategias especiales para sobrevivir. El nivel de dificultad se ajusta a la pericia del usuario, por lo que un buen jugador lo tiene especialmente difícil ya que ha de enfrentarse a ráfagas de disparos impensables para el usuario medio, aquel que en principio aspira como mucho a llegar a la tercera fase. Tan poca piedad tiene el universo Garegga que incluso entre los "pros" se extendió la práctica de sacrificar una vida para reducir la dificultad a propósito. Más tarde se intentaría conseguir una vida extra jugando a puntuar, pero lo primordial era regular el nivel de fuego enemigo.

La posibilidad de conseguir objetos ocultos y de recurrir a otras vías que permiten multiplicar la puntuación fácilmente llevó a popularizar esta manera de enfrentarse al reto de superar Battle Garegga. Al final, incluso los novatos no escatiman esa vida y tratan de llegar a la cifra de 1 millón de puntos que da derecho al extend. Se da, pues, una circunstancia paradójica con Garegga: incluso los principiantes tienden a jugar a puntuar, pues es la única manera en la que completar el juego no se considera imposible entre la comunidad experta.

Este famoso método de ajuste de dificultad y su magnífica ambientación, con el humo y el metal como protagonistas indiscutibles, han llevado a perpetuar la fama de Garegga. Las cuatro naves que pueden pilotar los hermanos Wayne son iconos del género, así como el diseño de Black Heart, uno de los enemigos finales, emblemático tanto por su diseño como por sus atroces ataques. Por supuesto, sobra decir que yo a este enemigo solo lo he visto en vídeos...

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02 enero, 2011

Curry House CoCo Ichibanya


Hoy he comido en un Coco Ichibanya. ¿Es relevante este dato? En absoluto, y no pegaría ni con cola con el contenido del blog... si no me sirviera de excusa para presentar uno de los juegos más raros del catálogo de PS2, un título que toma como base la famosa cadena de restaurantes de curry.

 
El curry nipón es diferente al indio, pues se suele comer acompañado de arroz y no nan y es mucho más consistente y parco en especias. En Japón se consume mucho y hay locales dedicados exclusivamente a servir distintas variedades del curry autóctono.

La cadena Coco Ichibanya tiene incluso locales en la propia Akihabara, y no sé si esto tendrá conexión alguna con el hecho de que la casa Dorart decidiera publicar un título basado íntegramente en estos establecimientos de comida rápida nipona.



Jugando a ser currito de uno de estos restaurantes, uno se da cuenta de lo duro que debe de ser estar tras la barra. Hay que atender a los clientes a toda prisa y dejarles satisfechos, ayudar a los más inexpertos en la cocina... Como simulador de trabajo temporal en Japón en la rama de la hostelería, este Curry House CoCo Ichibanya: Kyo mo Genki da! es perfecto. Si encima nos pagaran sería la releche, ya que ser dependiente en la vida real no es ni la mitad de divertido.

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