A-cho es probablemente el salón de Kioto más conocido entre los aficionados a los juegos de lucha y los matamarcianos. Como siempre hay quien se quiere tomar un respiro entre tanta visita a templo y templo, aquí va una minicrónica que nos lleva a estos salones de la calle Teramachi, en pleno distrito comercial de la ciudad imperial.
A-cho destaca por tener un buen surtido de las máquinas más representativas de los géneros arriba mentados, aunque no faltan juegos más actuales del gusto del público nipón, como las recreativas de Gundam y similares. De todos modos, no escasean los arcades clásicos, los cuales ocupan buena parte de la tercera planta.
En esta fila de la segunda planta ya se pueden ver muebles estilo Egret y Astro City custodiados por la mascota del local, un oso de peluche cabezón.
Por suerte para quienes no buscamos la novedad, el público nipón no representa un obstáculo a la hora de jugar ya que suelen concentrarse en las recreativas de nueva factura, la mayoría de ellas compatibles con modos multijugador. Vaya cara de vicio tiene más de uno.
Vista de un parte de las máquinas de matamarcianos de Cave de la tercera planta, donde no hay que esperar tanto para jugar. Las partidas a la mayoría de títulos cuestan solo 50 yenes, por cierto.
Entre la fauna propia de un templo sagrado para los fans de Cave como es el A-cho no pueden faltar especímenes como el de la foto. No se trata de un amante de los shooting games cualquiera; este elemento es el típico japonés que se pasa Dodonpachi Daifukattsu en la segunda vuelta (dificultad demencial), fulmina al jefe secreto, el abejorro Hibachi... Y ni siquiera deja su nombre en los ránkings. Un perfil de jugador que estoy acostumbrado a ver en Japón, por increíble que parezca. Lo de la kill screen de Pacman me parece una broma comparado con esto.
Detalle de Hibachi visto en directo. Impresiona una barbaridad ver la facilidad con la que ciertos japoneses se lo meriendan. Si alguien quiere hacerse una idea de lo titánica que es esta empresa le bastará con ver el siguiente vídeo, aunque aviso que puede suponer la pérdida de varios puntos de cordura.
Si queréis aplaudir a pros como este en el A-cho, solo hay que ir hasta la estación de Kawaramachi de Kyoto y seguir la calle comercial Shijodori hasta entrar en Teramachi dori. A-cho se encuentra ligeramente enfrente del punto D de este mapa, a la altura de Higashidaimonjicho, en un segundo piso que se puede ver desde el mismo street view (la primera planta es un pachinko). Pasadlo bien en este templo del vicio, y paciencia con las partidas de 25 minutos que se pueden llegar a echar algunos japoneses a esa máquina que tanto queréis probar.