Estamos en Shibuya, el distrito de los jovenzuelos, y por ende del cachondeo, la parranda y el desenfreno. Clubes de copas, hoteles del amor, restaurantes con barra libre... y en medio del gentío y el desparrame, se alza glorioso el Shibuya Kaikan, unos de los recreativos más emblemáticos de Tokio junto con el Mikado de Shinjuku. Shibuya Kaikan se encuentra a un lado del Central Gai, calle principal del distrito del ocio, que no tiene nada que ver con lo que su nombre da a entender, por cierto. Para llegar hasta estos salones hay que atravesar el legendario cruce que está en la salida Hachiko de la estación, meterse en el distrito comercial y estar atento a mano izquierda, pues pronto nos toparemos con él.
Shibuya Kaikan esconde en su interior un trocito de historia, ya que es uno de los salones más antiguos de la capital, famosísimo por su remesa de juegos retro en su sótano y los magníficos precios que ofrece: todos, absolutamente todos los juegos, incluidas las novedades, pueden disfrutarse por únicamente 50 yenes. O lo que es lo mismo, a la mitad de precio que en otros salones.
No es de extrañar, pues, que las salas tengan un buen número de visitantes. Yo me escapé una mañana entre semana, precisamente para evitar hacer colas. Al final no había tanta gente como esperaba, pero me sorprendió ver grupos de personas acampadas literalmente en las plantas más altas, en donde están colocadas las máquinas más actuales y las que están en periodo de pruebas.
El sótano es territorio retro, el que le da la verdadera fama al local. Se pueden ver auténticos clásicos, como el Tower of Druaga (donde según me cuenta un informador, siempre hay alguien sentado pasándose el juego durante una tarde completa, por lo que pasar el rato con él resulta muy complicado). A mí, de todas formas, el mueble con el que más ilusión me hizo reencontrarme fue el de Dynamite Deka.
La sala más concurrida era, lógicamente, la que daba cobijo a los juegos de lucha, con un tropel de jugadores aporreando los controles de King of Fighters y Street Fighters varios. Los matamarcianos también estaban por lo general ocupados, siendo la mayoría de ellos, como no podría ser de otro modo, títulos de Cave. Mushihime Sama Futari a 50 yenes la partida... Desde luego, si hay planes de gastar dinero en máquinas, Shibuya Kaikan es el lugar al que acudir. Tardes enteras puede uno pasar aquí dentro en un abrir y cerrar de ojos. Saldremos con la ropa oliendo a tabaco y con los bolsillos vacíos, pero con la sensación de haber exprimido el dinero al máximo y unos niveles de más adquiridos en nuestras máquinas favoritas. El estado de estas, por cierto, era bueno sin ser ejemplar.
Lástima que mi primera visita a este local no se hubiera producido mucho antes, pues no viene en las guías, como es lógico. Me ha hecho falta recurrir a publicaciones impresas para saber de su existencia, cuando en realidad es bastante famoso ya de por sí, al menos entre los japoneses. A partir de ahora no pienso pagar más de la cuenta a no ser que me esté viciando encima y tenga que recurrir a un aquí te pillo, aquí te mato con los arcades autóctonos. Apuntaos el nombre de este lugar, merece la pena la visita, y si es haciendo el combo Mandarake+ el Book Off nuevo que acaban de montar allí, mejor que mejor.
27 mayo, 2009
Shibuya Kaikan: bueno, bonito y barato
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2 comentarios:
Vaya,no conocía este lugar,igual mañana me paso a ver.....AAAAARRRRGGGGGGGH! :'( Olvidé donde vivo...
A dios pongo por testigo que un dia de estos me cruzo contigo en Tokio,ya verás. Un abrazo.
Entradas como esta le alegran a uno la mañana, por un momento me he olvidado que estoy en la oficina, alejado del mundo civilizado.
Genial la entrada, sin duda en la proxima visita a Japón le dedicaré una tarde a este sitio!
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