14 febrero, 2009

Machi y la oda al detective otaku


Volviendo a los juegos rarunos, recuperemos un clásico de las 32 bits, la novela visual Machi (PlayStation y Saturn, 1998). ¿No os dice nada? A mí en su día tampoco, pero cuando vi que para los japoneses este juego era el quinto mejor de todos los tiempos (según la madre de todas las encuestas, realizada por Famitsu hace unos años) quise averiguar el porqué. En 2006 compré la edición de PSP, que por aquel entonces acababa de salir y que llevaba por coletilla Unmei no kôsaten (el cruce del destino) y al rico vicio... o más bien lectura.

Poca broma con Machi. Si sois unos enamorados de Japón, habéis visitado el país y veis imágenes del juego, vais a sentir dolor, mucho dolor. Dejarse llevar por sus relatos es traer a la mente recuerdos, imágenes, experiencias, sensaciones. Las historias de Machi tienen lugar en Shibuya (como en tantos otros juegos), pero en una Shibuya real, no como la recorrida en The world ends with you o el inminente Chaos; head. Personajes de carne y hueso conducen sus vidas hacia ninguna parte, hasta que en determinado momento estas confluyen en uno de los cruces de caminos más famosos del mundo, rincón de Tokio que todo turista anhela visitar.

Entre los ocho personajes que nos presenta Machi (cuatro más para la versión de PSP) encontramos de todo. Yakuzas, un gigoló, un estudiante, un salaryman... pero hay uno que brilla con luz propia: Keima Amemiya, un detective privado que tiene dos particularidades: es un fan del café con leche en tetrabrick y un friqui redomado. Obviamente, su arco argumental fue el primero que elegí y su parte en la historia es quizás la que más huella deja.

Keima, en su ronda matinal, ve un aviso de bomba en la pantalla gigante del edificio más emblemático del cruce. No sabe si se trata de un simple anuncio, publicidad agresiva que algunos dirían, o una amenaza real. Al final, resulta ser el único de los viandantes que decide tomarse el mensaje en serio, y recorre todo el distrito en busca de pistas que le permitan desactivar el supuesto artefacto. Su patetismo y encanto le hacen marcadamente especial, y jugar su historia remite irremediablemente a las aventuras gráficas detectivestas de NES, aunque esta vez en clave de humor y con texto sobre fotos en lugar de la clásica ventanita con dibujos y los comandos en el lateral.

Durante su pequeña aventura, se cruzará con otros personajes cuya historia podremos leer más adelante, formando la totalidad de una novela interactiva que robó el corazón a miles de japoneses y que está considerada la obra cumbre de Chunsoft. A mí no es que me maravillara especialmente, pero la presencia de Keima propicia, sin lugar a dudas, que el juego no se termine de olvidar por muchos años que pasen. Así quedó demostrado en aquella votación de Famitsu.

4 comentarios:

Hara Hara! dijo...

Jajajjajaj que cuirioso, es como una aventura grafica pero hecha a fotos, que bueno, lastima que sea una joya nipona y no quiera salir de ahi.
Ahora voy a buscar algun post tuyo del Subarashiki kono sekai porque es un juego que me ralla mucho y la mayoria de las opiniones que he encontrado son que les encanta y no saben porque y eso a mi no me convence, por mi parte, es un juego muy raro que ni por historia merece mucho la pena, no obstante su diseño de personajes destaca bastante.

Chibimogu dijo...

El Subarashiki no lo tengo comentado porque sí que salió de Japón, de aquella manera, pero salió. Y personalmente no me fio de lo que digan. Si un juego me atrae, lo juego aunque digan que es bazofia. Es como siempre: para gustos colores, y de nosotros depende discernir qué comentarios provienen de fanboys y cuáles no.

Hara Hara! dijo...

Ahh sabias palabras, aunque en principio no iba a salir de japon,
mi opinion al respecto esque lo empecé, lo jugué bastante y la historia tan pobre y deprimente que tenia podia conmigo, lo jugué solo en principio por el diseño de personajes.
Ahora separo a los fanboys xD

Adol3 dijo...

Toma ya. A ver si alguien se toma la molestia en traducirlo. xDD

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