Duele mucho dejar un RPG a medias, y si es bueno, más aún. Dado mi inminente regreso a Japón, no podré completar Tales of Vesperia, ni siquiera después de las maratones de vicio que me he pegado en un intento desesperado final por completarlo. El juego sobrepasa, y seguro que de largo, las 62 horas que le he podido dedicar. Y eso que no he hecho ni una triste misión alternativa ni he peinado el mapeado a conciencia, como es de rigor hacer en todo buen juego de rol nipón.
De las partidas a Vesperia me quedan muy buenas sensaciones. Una historia enrevesada que abre varios frentes durante el viaje del grupo; un protagonista, Yuri, que literalmente se sale (su particular sentido de la justicia da pie incluso a debate) y toda la esencia y encanto de la saga Tales. Porque si algo bueno tiene este Vesperia es, sobre todo, ese anclaje a los patrones más tradicionales de la franquicia, cimentados en el maravilloso sistema de combate. Los gráficos animados, además, son lo más cercano a lo que podemos ver en cortes de animación tradicional a día de hoy.
Pero no todo es tan fantástico, por desgracia. Motoi Sakuraba, quien fuera mi compositor fetiche, ha demostrado con las partituras de este último Tales que está falto de ideas y en horas bajas, muy bajas. No sólo se hace repetitivo con ciertas melodías, llegando a pervertir su propio estilo, sino que el otrora genio japonés ha dado un paso más allá, incorporando a la banda sonora de Vesperia temas casi idénticos a otros aparecidos en su Eternal Sonata.
Puede que Sakuraba tenga el listón demasiado alto, ya que nos ha acostumbrado a ritmos de grandísima calidad en el pasado, casi todos surgidos de colaboraciones con Tri-Ace. Como mi buen amigo Yorch dice, la banda sonora del primer Valkyrie Profile es simplemente sublime. Por mi parte, en mi vida he escuchado un tema de batalla tan majestuoso como el de Baten Kaitos. De hecho, Baten Kaitos fue un juego en el que me lanzaba a combatir sólo para escuchar de nuevo aquella canción, y cuando me quería dar cuenta ya tenía a todos los personajes con 20 niveles más. En muchos RPGs luchar se torna en un trámite o incluso en un somero coñazo para ganar experiencia. En Baten Kaitos, gracias a la batuta de Sakuraba, simplemente era un placer.
Este mismo músico, capaz de sorprender y crear legiones de fans, tiene su particular talón de Aquiles en la saga Tales, ya que desde su legendaria BSO de Phantasia no había conseguido grandes logros en las posteriores entregas de la serie. Más bien, se podría decir incluso que empañaba todo lo que conseguía en sus trabajos para Tri-Ace (en especial, en la saga Star Ocean) con bandas sonoras mediocres de las que pocos temas se salvaban de la quema. Pero en Vesperia el asunto clama al cielo: en la mayoría de pistas se evidencian unas vacaciones intelectuales del compositor culminadas con toda una sartenada de remixes procedentes de anteriores trabajos. No entiendo cómo Sakuraba no pensó en la posibilidad de que su pastel pudiera ser descubierto. O a lo mejor es que le importaba bien poco que la gente se diera cuenta.
Sakuraba agoniza, y en parte puede que sea debido al exceso de trabajo. Últimamente firma la mayoría de bandas sonoras de RPGs (Infinite Undiscovery y Star Ocean 4 son la últimas), como si no existieran en Japón más compositores válidos. Se nota que a Sakuraba le falta tiempo para componer los grandiosos temas a los que nos tenía acostumbrados, y a mí me han entrado ya retortijones por culpa de un empacho de las sobras de su verdadero talento.
10 enero, 2009
Sakuraba agoniza
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2 comentarios:
Luiiiiiiiiiiisssssss!!!!!!
Soy yo.
Sakuraba agoniza es muy muy muy light.
Sakuraba está muerto, tío.
Pásatelo bien en Japón.
Yooooorch!!!
Al final me he autocensurado XD
Pensándolo mejor, y después de los buenos momentos que nos ha dado este hombre, me ha parecido muy cruel enterrarlo vivo. A ver si es solo una mala racha y el señor Motoi vuelve pronto con nosotros.
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