Con razón se suele decir que lo mejor viene al final. Ar Tonelico II es posiblemente el RPG más largo y completo que haya visto la luz para una Playstation 2 ya jubilada o incluso muerta para muchos, aunque aún somos bastantes los que nos negamos a enterrarla. O al menos eso quiero creer, aunque esto no venga al caso: aquí lo que prima es hablar de juegos y consolas marginadas. Al tema.
Parecía complicado que la secuela de Ar Tonelico pudiera satisfacer más aún que su entrega anterior, un capítulo inicial que alcanzaba unas cotas de entretenimiento y variedad inéditas dentro de los géneros en los que puede encuadrarse. Pues bien, resulta que este AT2 cumple con creces su cometido: da mayor sabor si cabe al cóctel anterior (novela visual + simulador de citas + RPG) y se convierte en un auténtico premio para los que hemos decidido darle cuerda a la negra de Sony hasta el final. La creación conjunta de Gust y Banpresto no es más que eso: un regalo a la paciencia de todos aquellos que esperaban ver un último gran RPG durante el ocaso de los 128 bits; una aventura que aglutina lo más caracterísitico que ha dado la industria del videojuego nipón en los últimos años. Y por qué no: con Ar Tonelico II terminan definitivamente las pataletas de Occidente por ver aquello que siempre sospechó que existía, un producto que condensara la realidad que ya en su día escudriñamos a través de la mirilla de obras como Mother 2 o Illusion of Time, títulos que dejaban entrever que en la otra parte del mundo se hacían las cosas de manera diferente.
Ar Tonelico II vuelve a destacar, una vez más, por su maravilloso apartado visual. Los encantadores sprites 2D aumentan de tamaño y los escenarios ganan en colores y profundidad. Las expediciones se convierten en algo más placentero que nunca gracias a la infalible estética superdeformed y a la cálida paleta que impregna el mundo de AT2. Los eventos, más abundantes, siguen salpicados de canciones (los memorables Hymnos), y los cortes de vídeo alternan unas pocas secuencias generadas por ordenador con fragmentos de animación.
El sistema de combate mantiene su esqueleto, aunque esta vez son dos las reyvateils que entonan conjuros desde la retaguardia (no hace falta escoger a una única heroína para combatir, como sucedía anteriormente). De todos modos, la mejora principal llega durante el turno defensivo, que en esta ocasión es interactivo: el grupo de vanguardia puede detener los golpes enemigos presionando botones en el momento oportuno. El éxito o fracaso de los bloqueos repercute en el poder de la magia (o canción) a la que las reyvateils estén dando forma en ese momento. La inclusión de este turno parece una minucia, pero da el doble de vida a los combates y encima es la base de la puntuación con la que se evalúa al grupo después de cada batalla. Por si fuera poco, cada personaje goza de un espectacular ataque límite, y existe incluso otra característica especial, Replekia, de resultado muchísimo más devastador.
AT2 se desarrolló paralelamente al capítulo inicial, por lo que su argumento no es una continuación estricta de este (si bien tiene algún que otro guiño o punto en común). El mismo nombre de Ar Tonelico, la torre del primer juego, es meramente testimonial (ignoro si esto tiene que ver de nuevo con una más que sospechosa devoción a Ys por parte de sus creadores). La nueva aventura tiene lugar en un mundo que sufre del mismo problema sobre el que giraba el argumento previo. Dicho rápido y mal: conflicto, crisis y ascensión (con escalada kilométrica a la torre final incluida), todo aderezado de politiqueos y dogmas que tratan de aportar un toque adulto a la historia principal, aderezada una vez más con el triángulo amoroso que forman sus protagonistas.
La trama de AT2, sin embargo, resulta bastante compleja si se mira al detalle y en ocasiones puede parecer incluso confusa. Para resolver el embrollo en el que se ve involucrado el protagonista volvemos a contar con la colaboración de dos atractivas muchachas sobre cuyas espaldas cae el destino de todos los habitantes del planeta: de ellas depende la creación de Metafalica (como suena), el nuevo continente donde todos deberán exiliarse una vez se venga abajo la tierra que habitan. Para ello, las féminas deben entonar la canción/conjuro que dé forma al nuevo hogar, pero no sin antes alcanzar una compenetración total entre ellas. Así pues, en este AT no hay fases en las que solamente el protagonista bucee en la psique de las reyvateils (la parte de novela visual y ligoteo del juego), sino que ellas mismas han de “sintonizarse” por medio de una esfera de interacción compartida que les permite conocerse mejor. La complicidad que han de lograr ambas chicas puede dar lugar a equívocos insalvables, como el que propicia, no sé si a propósito, el opening del juego.
Para ir cerrando, vale la pena recalcar las bondades del genial sistema de combate y los bellísimos gráficos a la vieja usanza que, unidos a añadidos puramente japoneses como el método empleado para hacer subir de nivel a las reyvateils (que consta de darse baños con cristales potenciadores; se trata de escenas que incluyen conversaciones privadas no exentas de cierto morbo), no deberían dejar frío a nadie. Más bien al contrario.
En definitiva, Ar Tonelico II es un juego con mucha calidad... y chicha. Enhorabuena a los que se han atrevido a descubrirlo.
★★★★★★★★★☆
15 marzo, 2010
Puro romanticismo: Ar Tonelico II
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